A menudo pasan inadvertidas las acciones de determinados colectivos que con su labor, ayudan a salvar vidas y a prevenir a la sociedad en general, de posibles peligros latentes en la vida cotidiana.
Hoy quiero destacar, sin menoscabo del resto, la labor de los vigilantes de seguridad. Un trabajo en ocasiones poco valorado por la sociedad y estigmatizado por el intrusismo de pseudo-profesionales que operan al margen de la Ley.
El pasado miércoles 8 de febrero, se produjo un incendio de considerables dimensiones y peligrosidad en el polígono Fuente del Jarro de Paterna. Todos recordamos las explosiones y la escalada de humo que auguraban un difícil desenlace de la situación. Decenas de bomberos, policía, personal sanitario y vigilantes de seguridad contribuyeron a minimizar los riesgos y daños personales de miles de personas que se sintieron por momentos atrapadas bajo las fauces del pánico. Son héroes sin nombre, sin fama, sin cámaras de televisión, su único orgullo es su vocación de servicio a la sociedad.
Es imprescindible destacar hoy, la labor de un vigilante de seguridad: D. Rafael Giménez Giménez cuya encomiable actuación durante los primeros compases del incendio y antes de que llegaran los efectivos policiales y bomberos, desalojó a todas las empresas colindantes a la siniestrada bajo la firme amenaza de explosiones, humo y llamaradas. El vigilante ha sido propuesto para una mención por la Policía Local de Paterna y su labor ha sido reconocida por ASIVALCO y reproducida en diversos periódicos.
Queremos así poner nombre y apellidos a uno de los muchos héroes que como habitualmente pasa, quedan en la sombra, sin nombre, sin reseña y sin embargo día a día arriesgan su integridad para salvaguardar la de todos, con la única contraprestación del sentimiento por un trabajo bien hecho.
A todos ellos y en especial a Rafael Giménez, gracias por estar ahí.