El virus, también ha afectado a la seguridad privada
La pandemia del coronavirus que nos asola desde primeros de año ha supuesto un antes y un después para las empresas de seguridad. El contexto de trabajo de los miles de vigilantes se ha trasfondo en una verdadera pesadilla tanto para los propios efectivos como para las empresas de seguridad. Ya no solo se trata de disuadir a los delincuentes, o de informar a los usuarios, los vigilantes de seguridad además de enfrentarse a las consiguientes amenazas de su trabajo deben lidiar con con un enemigo invisible y acechante en todo momento. El COVID-19.
A menudo en un servicio cualquiera el vigilante interactúa con muchas personas, prestando auxilio, ofreciendo información o controlando grandes superficies en las que se aglutinan grandes masas de gente. Una de las actuaciones más demandas en los últimos tiempos de pandemia es el control de temperatura en los accesos a determinados enclave, como son oficinas, centros comerciales o incluso urbanizaciones privadas. En estos casos el vigilante está en primera línea de trabajo y mayormente expuesto a posibles contagios.
Para evitar situaciones de alarma, Levantina de Seguridad ha elaborado protocolos de actuación en cada caso, de forma que el vigilante de seguridad esté informado en todo momento sobre las medidas preventivas marcadas por el Ministerio de Sanidad y medidas específicas ajustadas al tipo de servicio a desempeñar.
Además la empresa de seguridad ha proporcionado a todos sus empleados EPI´s de alta calidad para el desempeño de sus funciones.
Los resultados hasta el momento han sido altamente positivos dado que ningún vigilante ha sido contagiado por motivos laborales lo que implica una alta efectividad en los protocolos diseñados por el departamento de riesgos laborales de la empresa.