Miles de personas acceden diariamente a centros oficiales, hospitales, administraciones públicas, ayuntamientos... En la mayoría de casos la primera persona en recibir a esta ingente cantidad de personas es un vigilante de seguridad. Este/a profesional debe reunir unas condiciones específicas para desarrollar correctamente su trabajo entre ellas destacar: su talante enfocado al servicio público, su empatía, su paciencia y su predisposición al trabajo bien hecho.
Dado que las personas nacemos con diferentes aptitudes sociales, es prioritaria la labor para cualquier empresa de seguridad disponer de un perfil psicológico de cada uno/a de sus vigilantes para poder seleccionar al/la mejor profesional en función del las características especificas del enclave donde vaya a desarrollar su trabajo.
En Levantina disponemos de personal específicamente seleccionado para cada servicio en base a sus características personales, porque el factor humano es altamente relevante en los servicios que prestamos, de ahí nuestro empeño por saber y conocer al máximo a todos/as y cada uno/a de los/las profesionales que forman nuestra extensa plantilla de vigilantes de seguridad.
Requieren gran atención e inmediatez en el servicio, ya que son centros muy concurridos de gente donde los sistemas de seguridad son muy concretos y requieren grandes dosis de profesionalidad. En ocasiones el/la vigilante de seguridad, absorbe las funciones del personal de atención al público, porque además de seguridad el/la vigilante aporta atención e información a las personas.
A lo largo de nuestros 40 años de experiencia hemos elaborado una serie de directrices de seguridad especificas para este tipo de servicios. Actualmente seguimos trabajando día a día en numerosos organismos públicos, donde todos y cada uno de nuestros/as profesionales aportan el máximo de sus posibilidades en un entorno favorable en base a sus cualidad. En cuatro palabras: "fomentamos la inteligencia emocional