Ir descansado y relajado al trabajo es primordial para rendir al 100%, pero cuando hablamos de los vigilantes de seguridad que realizan turnos nocturnos el problemilla del insomnio surge sin remedio.
En este artículo vamos a intentar recomendaros unas pautas o consejos que os ayudarán a conciliar el sueño y rendir plenamente en vuestra vida laboral y familiar.
En el sector de la seguridad privada, los turnos nocturnos están a la orden del día por las necesidades de los clientes que contratan nuestros servicios. Por ello, es muy importante destacar, y los especialistas lo advierten, que los turnos nocturnos tienen repercusiones sobre la salud por el hecho de no dormir durante toda la noche. Siguiendo las indicaciones de los servicios de prevención “no es recomendable realizar más de tres semanas con servicios de nocturnidad para que el cuerpo descanse según las pautas correctas”.
En el artículo de hoy vamos a comentar una serie de recomendaciones que van a contribuir a paliar las consecuencias, en la medida posible, de los turnos nocturnos:
El cuerpo necesita cómo mínimo desconectar seis horas para levantarse relajado. Sí con seis horas no descansamos plenamente deberíamos incrementar una o dos horas máximo. Además de descansar, el cuerpo se sentirá mejor ya que se recupera del desgate físico y se alivia la fatiga.
Las personas que convivan con el profesional que debe afrontar turnos nocturnos deben respetar y comportarse en las horas de sueño/descanso. Intentando en la medida de lo posible no realizar actividades ruidosas, con ello debemos evitar el volumen elevado del televisor y/o música. Además, las tareas de limpieza como el uso de la aspiradora quedarán relegadas para otro momento.
Hay tiempo para todo. Lo importante es saber cómo distribuir el tiempo libre para pasar tiempo con la familia y los amigos sin que resulte estresante.
La luz, la ventilación, la temperatura e incluso el aislamiento acústico influirá en nuestro descanso. Nuestro reposo tiene que estar acompañado por el silencio y la tranquilidad. Sí lamentablemente tenemos vecinos ruidosos o en nuestro hogar siempre hay un alegre bullicio, los tapones para los oídos de reducción de ruido se convierten en nuestros aliados.
El cuerpo es como un reloj y necesita “rutinas”. Nuestro cerebro asocia ciertas actividades previas al sueño como un preparativo para el descanso. Destacando acciones cotidianas como una ducha con agua caliente o la lectura nos facilitarán la inducción al sueño.
Una buena alimentación favorece nuestra nutrición y nos ayuda a dormir bien. Cambiar de hábitos alimenticios es una buena alternativa para combatir el insomnio y controlar algunos trastornos del sueño, ya que el exceso de café, coca-cola o tomar medicamentos para dormir, muchas veces resulta contraproducente. Lo ideal es comer algo ligero dos horas antes de irnos a dormir. El objetivo, es que la digestión no resulte pesada y así poder conciliar el sueño. Os recomendamos varios productos básicos que favorecen el sueño:
Lácteos: El queso, la leche y el yogur, ayudan a dormir bien ya que contienen triptófano. Es un aminoácido que favorece la producción de serotonina, tiene un efecto tranquilizante y de melatonina, sustancia que regula el ciclo de la vigilia y el sueño.
Miel: También contiene triptofano. Si se agrega a la leche, aumenta su poder para dormir mejor.
Plátano: Es un somnífero natural. Además de producir melatonina y serotonina, es rico en magnesio, un buen relajante muscular.
Son buenos compañeros del sueño. Una actividad física moderada ayuda a mejorar el estado de salud y a dormir mejor ya que el cuerpo pide descanso. Los ejercicios de relajación también permiten desconectar del trabajo y dormir mejor.
Espero que con estas sencillas pautas os resulte más sencillo conciliar el sueño.