No cabe duda que los principales combatientes contra el coronavirus, aquellos que luchan en primera linea de batalla han sido y siguen siendo nuestros profesionales sanitarios y con ellos el resto de personal que trabaja en hospitales, celadores, limpieza, logística etc.
Pero no podemos olvidar a todo el personal que nos ha suministrado los alimentos que nos han permitido subsistir durante todo este tiempo, hablo principalmente de todos aquellos que forman parte de nuestra cadena alimenticia, ganaderos, agricultores, camioneros, personal de supermercados…
Tampoco podemos olvidar aquellos que nos permiten vivir más seguros, aquellos que controlan que las normas se cumplen como son las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado que siguen estando al pie del cañón para ayudarnos y mantener el orden establecido. Pero dentro de este grupo hay un vasto colectivo que es el eternamente olvidado, son los vigilantes de seguridad.
Los profesionales de la seguridad privada cubren todos los servicios que las F.C.S no alcanzan atender, máxime en un estado de alarma como el que estamos viviendo. Las empresas cerradas requieren de una vigilancia de 24 horas para que ningún delincuente las invada mientras todos los trabajadores permanecen en sus casas, lo mismo ocurre con centros comerciales con innumerables tiendas repletas de género que aguarda el restablecimiento de la normalidad, construcciones paradas con miles de euros en material, pequeños negocios diseminados y apartados de las ciudades… en definitiva un indeterminado número de situaciones que precisan reguardar todo su valor a la espera de que esta maldita pandemia acabe de una vez.
Los vigilantes de seguridad cubren a lo largo de las 24 horas del día infinidad de servicios, que precisan de su profesionalidad y buen hacer. Son personas como nosotros que tienen familia e hijos a los que dejan en sus casas para salvaguardar el orden en su parcela, con horarios intempestivos, con noches frías, con lluvia o con un calor asfixiante. Son vigilantes de seguridad que muchas veces deben enfrentarse a indeseables que pretenden ponerles las cosas difíciles, son en definitiva profesionales de la seguridad que exponen su integridad física para permitirnos vivir más tranquilos en nuestros hogares, en nuestras empresas, en nuestros momentos de ocio, en nuestras compras, en conciertos, en eventos deportivos, en un sin fin de momentos de nuestras vidas incluso cuando permanecemos confinados en nuestras casas.
Bien vale un fuerte aplauso a todos ellos y ellas o simplemente una gesto amable de agradecimiento por su labor y por su dedicación a todos nosotros.
Mil gracias por estar donde estáis y ser como sois.